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El significado de que las mujeres tengan las caderas anchas

El cuerpo de la mujer siempre ha sido objeto de atracción y críticas a parte iguales. En vez de aceptarnos tal y como somos todos y cada uno de nosotros, mucha gente opta por criticar y comentar aspectos físicos que pueden resultar muy dañinos para quien los recibe. Y las caderas anchas, un rasgo completamente lógico en el cuerpo de muchas mujeres, no se han librado de esto.

La fertilidad es la clave

Según expertos en la anatomía femenina, las caderas anchas tienen una explicación científica que se relaciona con la capacidad reproductiva de las féminas. Se dice que una mayor acumulación de grasa en la zona del abdomen y las caderas supone una mayor fertilidad, además de una mayor posibilidad de supervivencia y salud para el feto. 

Algunos estudios incluso afirman que la acumulación de grasa en la zona de las caderas femeninas tiene cierta influencia en el nivel de inteligencia de sus futuros fetos. Dicha afirmación tiene una base científica, pues ese tipo de grasa contiene una gran cantidad de nutrientes esenciales para el desarrollo embrionario a todos los niveles. 

La grasa que se acumula en la zona abdominal es rica en ácido docosahexaenoico, que contribuye al óptimo desarrollo tanto del sistema nervioso como físico de los fetos. 

La historia de la imagen de la mujer

Ya desde los comienzos de la civilización, en el Paleolítico, el cuerpo ideal de las mujeres era aquel con forma de rombo, en el que las caderas eran considerablemente más anchas que el resto del cuerpo. Esa acumulación de grasa se consideraba una gran virtud en el cuerpo de las féminas, ya que representaba la fertilidad y la maternidad.

A lo largo de la historia, la figura femenina siempre se ha representado de manera voluptuosa, ya que los cuerpos más redondeados estaban considerados más saludables y fértiles. 

No fue hasta bien entrado el siglo XX cuando esa tendencia se revirtió y las modelos de aspecto frágil y delicado empezaron a copar portadas y minutos, hasta el punto de que empezaron a crecer las críticas hacia los cuerpos más rellenitos. Tras años de cuestionamiento y lucha, parece ser que el momento de aceptarnos tal y como somos ha llegado para quedarse. Cada vez son más voces las que se alzan para reivindicar el derecho de todos los cuerpos para lucir tal y como son, sin complejos.


Una cuestión genética y hormonal

En contra de lo que se pueda creer, la acumulación de grasa en la zona de las caderas no solo tiene que ver con la dieta o el ejercicio. Si bien es cierto que llevar una dieta equilibrada y practicar ejercicio de manera regular ayudan en gran parte a que la grasa acumulada sea la menor posible, existen otros factores, principalmente hormonales, que resultan determinantes en esta situación.

Por norma general, las mujeres tienden a acumular más grasa corporal que los hombres, principalmente porque el cuerpo está preparado para crear vida, sobre todo a partir de la pubertad. Mientras que la proporción de grasa ideal para los hombres ronda entre el 8 y el 24%, en las mujeres esta cifra oscila entre el 21 y el 35%. 

Las hormonas son las principales culpables de esta situación, ya que los estrógenos (la hormona femenina por excelencia) también interfieren en los procesos metabólicos que hacen que la grasa se queme o se acumule. 

La edad también es un factor a tener en cuenta, ya que con el paso de los años el cuerpo requiere de más reservas de grasa y la acumula con mayor facilidad, tanto en hombres como en mujeres.

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