Jenna Fisher, James Van Der Beek, Olivia Munn, Dave Coulier, Kate Middleton… ¿Qué tienen en común estos famosos? Que todos han anunciado en el último año que fueron diagnosticados con algún tipo de cáncer a pesar de ser todavía relativamente jóvenes. Y es que según indica la Sociedad Estadounidense del Cáncer (ACS), el cáncer es más comúnmente diagnosticado en personas mayores de 65. Pero la tendencia apunta que para 2030, el número de casos de cáncer en menores de 50 años habrá aumentado en un 30 % en todo el mundo. Hasta ahora, la comunidad médica y científica no ha determinado exactamente cuál es la principal causa, pero en este artículo te explicamos cuáles son sus principales sospechas.
Las cifras
Un estudio que analizó las tendencias globales de 29 tipos de cáncer en personas entre los 14 y los 49 años de edad descubrió que la incidencia de estos cánceres aumentó en un 79 % entre 1990 y 2019. La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) estima que los casos de esta enfermedad se incrementarán de forma general en un 77 % para el año 2050. Las cifras son claras: de unos 20 millones de casos ahora, pasaremos a tener más de 35 millones en tan sólo 30 años. Sin embargo, la ACS y la IARC, que pertenece a la Organización Mundial de la Salud (OMS), destacan que una encuesta que analizó la tendencia de 50 países arrojó que en 14 de esas naciones el aumento en los casos se veía en adultos jóvenes, mientras que las estadísticas en adultos mayores permanecían estables.
Sospechoso n.o 1: Obesidad y alimentación
Durante mucho tiempo, los médicos han vinculado la obesidad y los malos hábitos alimenticios con la aparición de diversos tipos de cáncer, en parte debido a la inflamación que pueden causar el sobrepeso y las comidas ultraprocesadas o con presencia de microplásticos. Un estudio publicado por la revista Lancet señala que 10 de los 18 tipos de cáncer que más han crecido en prevalencia entre la población joven de Estados Unidos están asociados a la obesidad y la dieta, entre ellos se encuentran el de hígado, riñón, páncreas, ovarios, estómago y colorrectal. Sin embargo, Robin Mendelsohn, especialista del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, dijo en una entrevista que aunque la obesidad y la alimentación ciertamente tienen una relación con el cáncer, “esto no explica completamente el incremento de casos en personas jóvenes”. Señala que muchos de los pacientes que ha visto en los últimos años son personas en buena forma física y que siguen muchas tendencias de salud y mantienen un buen estilo de vida.
Sospechoso n.o 2: Microbioma alterado
El microbioma es la gran comunidad de bacterias y otros microbios que viven en nuestro intestino y que ayudan a regular nuestro sistema digestivo. Todo lo que comemos y todos los medicamentos que usamos afectan a la salud del microbioma, así que los expertos han comenzado a hacer investigaciones sobre su relación con el desarrollo del cáncer. Estas bacterias juegan un papel importante en cómo el sistema inmunológico reconoce células anormales para atacarlas y prevenir la formación de tumores. Sin embargo, los investigadores creen que el consumo de comidas procesadas y productos artificiales, unido a una mayor exposición al uso y abuso de los antibióticos, están causando que el microbioma de la población experimente cambios negativos provocando que no funcione como debería. Por eso y dado que el colon está conectado a todo el tracto gastrointestinal, los cambios dentro del intestino no sólo se asocian con el cáncer colorrectal, sino también con varios tumores sólidos, incluyendo el cáncer de mama y los cánceres de la sangre.
Sospechoso n.o 3: Desórdenes del sueño
Shuji Ogino, un reconocido epidemiólogo patólogo molecular que es profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, ha hecho varias publicaciones que apuntan a otro posible culpable del aumento de los casos de cáncer: los cambios en los patrones de sueño en las últimas cinco a diez décadas. Señala que un estudio hecho a más de 10.000 individuos arrojó una asociación entre la mala calidad del sueño y un mayor riesgo de cáncer. Pues las personas, incluyendo niños y adolescentes, duermen en promedio 60 minutos menos hoy en día que lo que dormían a principios del siglo XX. Además, el trabajo por cambio de turno se ha vuelto más frecuente y estamos más expuestos a la luz artificial, especialmente por los teléfonos móviles y la gran cantidad de pantallas a las que nos exponemos. Hay investigaciones que han demostrado que esto altera el reloj biológico del organismo y puede aumentar el riesgo de cáncer de mama, colon, ovario y próstata. “Estamos muy expuestos a la luz artificial por la noche, incluso desde que somos bebés”, dice Ogino.
Sospechoso n.o 4: Maternidad tardía
Como aún los científicos no han determinado exactamente los causantes del incremento de casos de cáncer, existen muchas hipótesis. Una de estas, por ejemplo, es que los cambios en los patrones reproductivos pudieran estar afectando a las mujeres. Estudios han arrojado que las mujeres que tienen hijos antes de los 35 y que amamantan en la crianza tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer de mama. Un número cada vez mayor de mujeres en países desarrollados están decidiendo tener sus hijos a una edad más avanzada para concentrarse en sus carreras profesionales. Otras mujeres optan por priorizar y en sus vidas personales, y otras simplemente han escogen no tener hijos propios en lo absoluto. Todos estos cambios reproductivos pueden estar reflejándose ahora en las tasas de cáncer de mama, según explica Ahmedin Jemal, vicepresidente sénior de Vigilancia y Ciencia de Equidad en Salud de la ACS.
¿Qué hacer?
Mientras los médicos y científicos descubren cuáles son los verdaderos culpables, hay cosas que tú puedes hacer para disminuir el riesgo. Llevar una dieta equilibrada, ejercitarte y no fumar o beber alcohol en exceso siempre serán las medidas básicas para mantenerte saludable. Después de los 40, o antes si tienes antecedentes familiares, acude a tus citas médicas rutinarias religiosamente, porque una detección temprana puede ser clave en materia de prevención. Y, sobre todo, escucha a tu cuerpo. Si sientes que algo está mal, ve al médico y no tengas miedo de insistir si crees que no te escuchan. El Dr. Richard Barakat, director Cuidados para el Cáncer de Northwell Health, en Nueva York, explicó en una entrevista que ha visto casos de pacientes jóvenes con cáncer colorrectal que tuvieron síntomas y algunos médicos los descartaron “por no creer que alguien de 30 años pudiera tener esa enfermedad, y atribuían las señales a otras patologías. Los médicos también tenemos que estar ahora más alerta y pecar de desconfiados”.